Aportes de José Martí a la pedagogía cubana y universal
 

Perspectiva Ciudadana acoge con agrado esta colaboración de Alodio Mena Campos, cubano, doctor en Ciencia Pedagógicas, profesor investigador del Centro de Estudios de Ciencias de la Educación de la Universidad de Camagüey, Cuba, junto a la doctora Nivia Alvarez Aguilar y Maritza Garlobo Figueredo. El documento fue recibido el 13 de marzo, pero es hoy que Perspectiva Ciudadana ha podido recuperarlo, por lo que lamenta no haberlo podido ofrecer a sus lectores y lectoras hasta este momento.


El siglo XIX se puede considerar en buena medida como la centuria de oro de la educación cubana sin desmeritar otros períodos históricos, puesto que en el vivieron y desarrollaron una trascendente obra educativa tanto en el ámbito nacional como universal figuras como Félix Valera Morales (1878-1853); José de la Luz y Caballero (1800-1862); pero de forma singular José Julián Martí Pérez (1853-1895).

Es apreciable el alcance renovador y progresista que tuvo el pensamiento y la obra de los educadores mencionados, aún en medio de condiciones adversas y entregados a las luchas por la causa de la independencia de Cuba.

Quien realizó una obra más trascendente que sintetiza de cierta forma la de sus antecesores es José Martí que puede definirse como un notable ?educador social?, concepto expuesto por Rolando Buenavilla Recio (1), considerando como tal a:
- Una personalidad ejemplar por su conducta social.

- Excelente comunicador social quien:

a) Transmite un mensaje de amplio contenido: de carácter social, político, económico, ideológico, estético, educativo, etc;

b) mensaje que tiene repercusión en su momento histórico y se proyecta al futuro con anticipaciones que muestran la tendencia del desarrollo social.

- Aspira a educar a sus semejantes:

a) Considera la educación como participación; sin participación no hay educación;

b) la educación va dirigida (y es), despertar de conciencias; desatar las fuerzas internas de sus semejantes; impulsar el alma ajena para que se encuentre a sí misma;

c) elevar el nivel de comprensión y actuación honesta de la comunidad.

- Está poseído por el amor a los valores espirituales: tiene una función ética.

- Su obra tiene mayor alcance y logra permanencia en tanto tenga la posibilidad de utilizar diferentes vías, métodos, medios, para propagar sus ideas.

- Sus convicciones se manifiestan en su constante esfuerzo por llevar a la práctica sus ideas.

Es evidente que Martí más que como maestro de aula se proyectó como formador de hombres en su más amplio sentido, pero además su quehacer se inscribe de forma plena en los postulados esenciales de la tradición pedagógica cubana y latinoamericana, los que de una u otra forma están presentes en su actividad educativa, entre tales postulados se pueden incluir los siguientes:

??La educación vinculada a proyectos políticos;

?(...) vista en su función liberadora de las potencialidades del hombre y de la sociedad con un gran poder desarrollador ;

? (...)como instrumento de redención popular;: su carácter democrático;

?el papel educativo de la escuela como institución en la formación de las nuevas generaciones sin desdeñar otras formas paralelas de enseñanza;

? el carácter integral en la formación de los educandos ;

?la actividad independiente , la necesidad de la comunicación y el resultado del aprendizaje como centros del proceso docente educativo;

? la vinculación de la teoría con la práctica y del estudio con el trabajo ;

? el desarrollo de un pensamiento flexible creativo, lo que significa llevar a pensar a los alumnos por si mismos;

? la enseñanza orientada a la formación de elevados sentimientos y principios morales: la educación para el patriotismo;

? el papel creativo y ejemplar del maestro.?(2)

Estos elementos no solo tienen una marcada significación para la tradición pedagógica cubana y por extensión latinoamericana, su proyección es universal, y en ellos realizó aportes conceptuales y prácticos el apóstol de la independencia cubana.

José Julián Martí Pérez, es un cubano cuya vida transcurre en la segunda mitad del siglo XIX, en la cual apenas vive 42 años.

Sus abiertas manifestaciones independentistas lo conducen a prisión primero, cuando aún era un adolescente y con posterioridad al destierro en España donde obtuvo los títulos de Licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras.

Tuvo una amplia cosmovisión del mundo al fijar residencia, además de la forzada en España (1871-1874); en México (1875-1877); Guatemala ((1877-1878); Venezuela (1880-1881) y Estados Unidos (1881-1895).

Se ha expresado que la obra del maestro se fundamenta en sus viajes por Europa y América, en las voluminosas lecturas que realizó, incluso en varias lenguas y las relaciones de diversa índole que sostuvo con prestigiosos intelectuales de la época.

En relación con su labor como político, periodista, abogado, poeta y pedagogo son variadas las investigaciones desarrolladas y las obras que se han publicado, buena parte de ellas a partir de artículos, cartas, diarios y discursos.

Aunque no escribió libros de contenido puramente pedagógicos es posible apreciar en sus diversos artículos un pensamiento educativo coherente y muy avanzado para su época, llegando a dominar las especificidades de la enseñanza y sus aspectos sicológicos y metodológicos.

A continuación se exponen solo algunos de los postulados (abordados con anterioridad), en los que Martí de forma teórica o práctica realiza apreciaciones que constituyen una fuente de enseñanza para los educadores latinoamericanos y del mundo:

La educación vinculada a proyectos políticos:

Al hablar de la actividad del Héroe Nacional cubano podemos hacer referencia a su labor político- pedagógica.

Se aprecia en las críticas que realizó a la educación de la época tanto en Norteamérica como en América Latina, en esta última de forma particular criticó: la enseñanza desvinculada de los problemas sociales, la enseñanza urbana en escuelas agrícolas; los padres que enviaban a sus descendientes a estudiar en el extranjero; la falta de educación al aborigen, al negro y a la mujer.

Pero no solo realiza agudas críticas también propone soluciones, entre ellas, la necesidad de establecer: una enseñanza científica; escuelas técnicas; el vinculo estudio-trabajo; el vínculo de la escuela con la vida; la necesidad de un cuerpo de maestro ambulantes; la educación popular y democrática.

Detrás de todas sus apreciaciones subyacen una proyección política, que tiene como objetivo supremo: la nación americana y como inmediato la independencia de Cuba y Puerto Rico. Para las ya establecidas repúblicas americanas y para las que aún eran colonias se requería la formación de hombres que contribuyeran a su futuro desarrollo y la educación era un arma fundamental para tales propósitos.

La educación como instrumento de redención popular; su carácter democrático.

Uno de los problemas que Martí criticó a Hispanoamérica fue la imitación de modelos educativos europeos o el estadounidense.

Esto ya había ocurrido incluso con Simón Bolívar que en su afán de elevar la educación del pueblo implementó el método lancasteriano, lo que por cierto le trajo contradicciones con su preceptor y destacado educador Simón Rodríguez. 
Más lejos fue Domingo Faustino Sarmiento en Argentina quien de acuerdo con el educador norteamericano y amigo personal, Horacio Mann logró importar un contingente de maestros para que formaran las escuelas normales de ese país.

La educación, por otra parte, tenía un carácter elitista que marginaba a los aborígenes, negros, mestizos lo que Martí criticó en varios de sus artículos.

Convencido de los daños que ello significaba sentenció: ?El mejor modo de defender nuestros derechos, es conocerlos bien, así se tiene fe y fuerza: toda nación será infeliz en tanto no eduque a todos sus hijos. Un pueblo de hombres educados será siempre un pueblo de hombres libres?. (3)

El papel educativo de la escuela como institución en la formación de las nuevas generaciones; sin desdeñar otras formas paralelas de enseñanza:

En el ejercicio reiterado del magisterio a lo largo de su vida y empleando otras variantes no escolarizadas Martí pone de manifiesto su reconocimiento al papel de la escuela en la formación de las nuevas generaciones lo cual también fue objeto de sus observaciones cuando expresa: ?Puesto que a vivir viene el hombre, la educación ha de prepararlo para la vida, en la escuela se ha de aprender el manejo de las fuerzas con que en la vida se ha de luchar? (4).

En casi todos los países donde se estableció ejerció el magisterio tanto en sus modalidades escolarizadas como no escolarizadas, a partir de su estancia en Isla de Pinos (Cuba), en 1870:

?Imparte clases a niños en Isla de Pinos; también en el nivel primario a hijos de familias cubanas radicadas en España y a niños centroamericanos en Guatemala.

? Como profesor del nivel medio ejerció en la Escuela Normal de Guatemala; 
en el colegio de Santa María y en el de Guillermo Tell en Venezuela y en el Colegio Casa de Educación de Hernández y Mederos, en Cuba.

? En el nivel universitario actuó como docente en la Universidad de Guatemala.

? Para adultos, fungió como profesor de español en una escuela de idiomas en Nueva York, alfabetizó en la manigua cubana durante la Guerra del 95 y fue inspector y profesor de La Liga también en Nueva York.

En sus variantes no escolarizadas se incluye:

?El empleo de la prensa escrita como vehículo idóneo para educar a grandes masas de todas las edades.

José A. Portuondo, el reconocido historiador cubano ha expresado que quizás si a Martí se hubiesen dado un formulario para registrarse en una aduana hubiese definido como su ocupación: el periodismo.

-Ejerció el periodismo para niños en esa insuperable pieza de instrucción y recreo concebida como revista para los niños latinoamericanos: La Edad de Oro. En esta obra se propuso instruir y enseñar de forma amena para el mismo tiempo profunda y científica.

La actividad independiente, la necesidad de la comunicación y el resultado del aprendizaje como centros del proceso docente educativo.

Contra el autoritarismo defiende el principio de que el maestro gane autoridad y prestigio por el dominio demostrado en su disciplina y porque utilice todos los medios y procedimientos metodológicos para poner al alumno en condiciones de llegar al conocimiento por su propio esfuerzo, no por imposición del conductor de la clase. Al respecto Martí afirmó: ?Para conocer es necesario examinar: que la fuente más creíble de verdad es nuestro propio examen, medio seguro de conocer la aplicación de nuestra aptitud?. (5)

Y agregó con acierto, al referirse a la comunicación en el proceso de enseñanza: ?La conferencia es monólogo, y estamos en tiempos de diálogo, uno hablará sobre un tema, y todos luego preguntarán y responderán sobre él. Unas veces por lo alto del asunto, será la conferencia sola .Otras será el trato en junto de nuestras ideas esenciales, para acallar una duda, para entender una institución política, para conocer el alcance de un programa social? (6).

El desarrollo de un pensamiento flexible, creativo, lo que significa llevar a los alumnos a pensar por si mismos.

Martí mostró una constante preocupación por renovar la enseñanza a partir del conocimiento que tenía sobre cuan permeados estaban los sistemas educacionales y los cuerpos de maestros por la escolástica.

Combate al dogmatismo y la creencia ciega en la palabra del maestro, a la aceptación pasiva de las verdades absolutas y se pronuncia por una enseñanza científica desde el nivel elemental hasta el universitario y la necesidad de que los alumnos pensaran por si mismos en este proceso, cuando afirmó: ?Y pensamos que no hay mejor sistema de educación que aquel que prepara al niño a aprender por sí. Asegúrese a cada hombre el ejercicio del sí propio? (7).

Expresó con meridiana claridad que la participación del alumno en el proceso de enseñanza debe ser activa para lograr la solidez del aprendizaje y la fijación de los conocimientos por lo cual el maestro ha de propiciar con flexibilidad y creatividad que el alumno: ?...deduzca por si las lecciones directas y armónicas que lo dejen enriquecido con sus datos a la vez que fortificado con el gusto de haberlas descubierto? (8).

El carácter integral en la formación de los educandos:

Quizás dentro de los variados trabajos de Martí, donde se expone con mayor claridad la intención de dar una educación integral es en la obra de educación a distancia ya mencionada: La Edad de Oro, dirigida a los niños y jóvenes latinoamericanos.

Entre otros elementos componentes incluye: un aparato gnoseológico integrado por conocimientos científicos, históricos y literarios; un aparato para la formación de valores morales constituido por enfoques, puntos de vista, criterios, etc.; un mecanismo para el desarrollo de habilidades para pensar que incluye: la descripción, la narración, la generalización y la valoración y un sistema encaminado a la formación estética. (9).

En resumen, en esta obra existe el propósito de desarrollar una educación: intelectual; moral; ética y patriótica, que se complementa con la necesidad de una educación física a cual el insigne cubano se refirió cuando dijo: ?En estos tiempos de ansiedad de espíritu urge fortalecer el cuerpo con que ha de mantenerlo. (...)

A los niños sobre todo, es preciso robustecer el cuerpo a medida que se la robustece el espíritu?. (10).

Es imprescindible señalar que Martí en su práctica pedagógica empleó métodos y procedimientos de avanzada para su época, en particular en el tratamiento comunicativo que le imprimió a la enseñanza de la Gramática.

Desarrolló un enfoque participativo en las clases para obreros en la Liga de Nueva York y una metodología para la revisión de los trabajos presentados: primero corregía los errores de redacción y ortografía, después reconocía lo bueno y original y después exponía sobre las preguntas anónimas dejadas previamente por los estudiantes obreros sobre su mesa. Al respecto cabe señalar la apreciación de uno de sus discípulos:? Dan ganas - decía un alumno- de cometer faltas por el solo placer de oírselas corregir? (11).

A lo anterior se puede agregar su incursión en la Pedagogía Comparada, una ciencia prácticamente en ciernes en su época, cuyo tratamiento se puede apreciar en varios trabajos sobre las escuelas y lo sistemas educacionales de su época en América y Europa.

Consideraciones finales:
Todo el pensamiento pedagógico de José Martí está sustentado en el latino americanismo, el humanismo y constituye el más acabado y completo entre los educadores cubanos que le precedieron.

Supo integrar el trabajo realizado por los educadores que le precedieron, elevar a nuevos planos la lucha contra la enseñanza escolástica y por una enseñanza científica en particular en América Latina y en los Estados Unidos de Norteamérica.

El más universal de los cubanos no solo conoció la problemática de su contexto histórico, lo cual le facilitó sus constantes viajes e intercambios intelectuales por América y Europa, sino que los interpretó y analizó a tono con su contexto, y los proyectó hacia el futuro. Es por ello que se puede afirmar que su pensamiento pedagógico se inserta en el contexto universal y trasciende su época.

Las palabras que nos legó el periodista y revolucionario cubano Pablo de la Torriente Brau (quien cayera defendiendo la República Española), atestiguan la valía del ideario martiano en su totalidad para la labor pedagógica. Afirmaba Pablo: ?Me gusta decirle más a Martí amigo que apóstol (...) porque lo siento cerca. Esto tal vez se deba a la feliz circunstancia que yo aprendí a leer en La Edad de Oro?. (12)

Citas y referencias:
1. Rolando Buenavilla . José Martí, educador social.-- p.5-6

2. Justo Chávez. La tradición pedagógica cubana. En educación Nro. 78,p26

3. José Martí. Obras Completas, t .19, p.375-376.

4. Ibid. t. 13 p.53.

5. Ibid. t. 19 p.362.

6. Ibid. t. 2 p.16-17.

7. Ibid. t. 8 p.421.

8. Ibid. t. 8 p.287.

9. Justo Chávez Rodríguez. Acercamiento necesario al pensamiento pedagógico de José Martí.p.26.

10. Ibid. t. 8 p.389.

11. MINED.Maestros.p.498.

12. Gladys Blanco.Carta inédita de Pablo de la Torriente Brau.

BIBLIOGRAFÍA:
1. Aguirre, Sergio. Nacionalidad y Nación.-- La Habana : Ed. Ciencias Sociales, 1990.

2. Blanco, Gladys.Carta inédita de Pablo de la Torriente Brau.?Yo aprendí a leer en la Edad de Oro, Revista Bohemia ,dic.17, 1976.

3. Buenavilla Recio, Rolando. Historia de la pedagogía en Cuba. / Rolando Buenavilla Recio [Et.al].-- La Habana : Ed. Pueblo y Educación, 1995.

4. ----José Martí, educador social. (IPLAC, Pedagogía 97?). La Habana, 1997.

5. Chávez Rodríguez, Justo. La tradición pedagógica cubana.-- En Educación.-- Año XXI, No.79.-- La Habana, en.-jun. 1991.

6. -----Acercamiento necesario al pensamiento pedagógico de José Martí. La Habana: (s/e).1990.

7. -----. Bosquejo histórico de las ideas educativas en Cuba.--La Habana: Ed. Pueblo y Educación, 1996.

8. -----. La tradición pedagógica Cubana. En Educación. No. 78, Año XX. La Habana, jul-sep., 1990.

9. Hernández Oscaris, Roberto L. Historia de la educación latinoamericana / Roberto R. Hernández y Elsa Vega.-- La Habana: Ed. Pueblo y Educación, 1995.

10. Martí Pérez, José. Obras Completas.-- La Habana: Ed. Nacional de Cuba, 1963.-- t.II, VIII, XIII,XIX.

11. ------Escritos sobre educación. La Habana: Ed. de Ciencias Sociales, 1976.

12. MINED. Maestros.-- La Habana: Ed. Pueblo y Educación, 1971.


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